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Caza ilegal y científica son una amenaza real para las poblaciones de cetáceos en pleno siglo XXI

14 de enero 2008, (CCC News) – Mientras que el buque “Esperanza” de Greenpeace vigila la flota ballenera japonesa en el Océano Antártico, luego de haberla encontrado entre la niebla cerca de la medianoche del jueves 09 de enero, una noticia muy poco afortunada llega de Corea del Sur concerniente a la confiscación de 50 toneladas de carne ilegal de estos cetáceos.

La policía de Corea del Sur desmanteló una red dedicada a la caza ilegal de ballenas, confiscando más de 50 toneladas de carne de ballena minke, siendo la mayor incautación jamás practicada en el país asiático, según informó el pasado sábado un funcionario surcoreano.

La policía registró dos almacenes en el sureste del puerto de Ulsan, donde se encontró la carne refrigerada de unas 60 ballenas minke en cajas. Unas 70 personas, incluidos pescadores, distribuidores y operadores de carne de ballena de 46 restaurantes, fueron detenidos para ser interrogados.

La carne de ballena puede ser legalmente vendida en Corea del Sur si los animales han sido capturados de forma incidental mediante redes de pesca. Cada captura incidental debe ser comunicada al gobierno y la policía marítima realiza una investigación a fin de determinar si las ballenas fueron capturadas directa o indirectamente.

La captura deliberada de ballenas se castiga con una pena de cárcel de hasta tres años o una multa de 20 millones de won (21.000 dólares). Según algunos informes, cada año se capturarían de manera incidental unas 200 ballenas.

Pero con cada ballena, los pescadores pueden conseguir hasta 35 millones de won (37.000 dólares), lo que es un importante incentivo para seguir cazándolas y calculan que cada año se producen 200 capturas no declaradas.

Históricamente, las capturas ilegales aumentan cuando existen operaciones de caza de ballenas, pues es más difícil determinar el origen de los productos ilegales. En el caso de Corea, la caza ilegal se produce porque su legislación permite la venta de productos de ballenas atrapadas “incidentalmente”. Eso inmediatamente abre la puerta a la caza ilegal y ha sido un tema intensamente discutido en la CBI durante los últimos años.

Chile será sede de la 60° reunión de la CBI y como anfitrión deberá tener una postura clara en materia de conservación a través de medidas concretas como la creación, mediante decreto presidencial o ley de la nación, de un Santuario de Ballenas en nuestro mar jurisdiccional que sancione con penas significativas la caza o captura de cetáceos en aguas jurisdiccionales chilenas.

Fuentes: Centro de Conservación CetaceaAFPGreenpeace.