Al menos 9 millones de personas alrededor del mundo participan en el avistaje de ballenas cada año. Sin embargo, algunas de las ofertas existentes resultan una pérdida de tiempo e incluso pueden poner en peligro tanto a los animales observados como al desarrollo sustentable de la actividad.
Estas son algunas de las conclusiones publicadas por Erich Hoyt recientemente en la edición especial de “Biología y Medio Ambiente, Procedimientos de la Real Academia Irlandesa”. La publicación, titulada “Ecoturismo Sustentable en las Islas del Atlántico” también presenta aspectos fundamentales para el desarrollo de actividades de avistaje de cetáceos de alta calidad en la región Atlántica y ofrece modelos y metodologías que podrían ser aplicados en otros lugares del mundo.
De acuerdo a Hoyt, “el avistaje de ballenas presenta un enorme potencial para liderar en el desarrollo de actividades relacionadas al ecoturismo marino, sin embargo algunas agencias que se autodenominan ‘ecoturísticas’ requieren ser mejoradas si pretenden ser sustentables a largo plazo”.
En la publicación, Hoyt afirma que los costos de una mala gestión en el desarrollo del turismo de avistaje de cetáceos es alto. El acoso a las ballenas podría afectar la supervivencia de las poblaciones involucradas y las operaciones de avistaje no reguladas suelen generar impactos negativos tanto en las comunidades costeras locales como en el medio ambiente marino. De acuerdo a Hoyt, el avistaje de ballenas puede convertirse en un fracaso si no contempla un desarrollo integrado de programas de educación, ciencia y conservación marina.
Por el contrario, el avistaje de ballenas de alta calidad es una plataforma ideal para generar beneficios sociales, ambientales y económicos sustentables a largo plazo en las comunidades costeras involucradas en su desarrollo, ya que las compromete directamente en la conservación de estos mamíferos marinos y su hábitat. Este tipo de ecoturismo marino se caracteriza por ofrecer una experiencia de primera calidad, donde recreación, educación y cultura local se unen para fomentar la conservación de las ballenas, el patrimonio natural marino y las tradiciones locales.
De acuerdo a la publicación, una de las formas más efectivas para promover y administrar exitosamente el ecoturismo marino es a través del establecimiento de Áreas Marinas Protegidas, donde las especies de cetáceos estén protegidas y las comunidades locales sean involucradas directamente en el proceso de conservación y manejo de su biodiversidad marina.
Fuente: WDCS