Las duras críticas realizadas por el Dr. Toshio Kasuyam, especialista en mamíferos marinos, profesor de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Teikyo y miembro de Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional, fueron publicadas el pasado 03 de Octubre en el diario japonés Mainichi Shinbun, y se destacan por reconocer que la información reunida bajo los actuales programas japoneses puede obtenerse mediante metodologías no letales.
En el artículo, el Dr. Kayusam se refirió a los aspectos económicos involucrados en las operaciones de caza afirmando que “no es más que una actividad económica, ya que ni siquiera le brinda espacio a los investigadores para desarrollar sus propias ideas y ciertamente no cumple con el objetivo científico establecido por la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas (CIRCB) para este tipo de operaciones.”
Adicionalmente, el Dr. Kasuyam afirmó que “uno de los problemas de la caza científica de ballenas tiene relación con la forma apropiada de manipular animales para experimentación. Muchas sociedades académicas se autorregulan para evitar el sufrimiento innecesario de los animales”. Kasuyam, quien solía trabajar para la Agencia de Pesca de Japón, también afirma que las ballenas son un bien común de toda la humanidad y no sólo de los Estados miembro de la CIRCB. Por otra parte, el Dr. Kasuyam destacó que “una Convención firmada hace 60 años (1946) no puede reflejar la percepción actual que la comunidad tiene sobre la biodiversidad marina. “Aquellos científicos que justifican la caza de ballenas en nombre de la ciencia, sólo pueden estar motivados por aspiraciones egoístas” sentenció Kasuyam.
Finalmente el Dr. Kasuyam, quien estuvo involucrado como científico de la Agencia de Pesca de Japón en el desarrollo del programa ballenero antártico durante la década de 1980, afirmó que “el plan de investigación era diseñado de manera que requiriera años de esfuerzo e hiciera posible la captura de suficientes ballenas para cubrir los costos de operación”, y concluyó afirmando que “lamento haber ayudado negligentemente al lanzamiento de la caza científica de ballenas bajo un resquicio legal de la CIRCB”.
¿CIENCIA O ABUSO EN NOMBRE DE LA CIENCIA?
Desde su inicio en 1987, un año después de adoptada la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, Japón ha cazado miles de ballenas en aguas del Santuario Ballenero Austral bajo el pretexto de realizar investigación científica (Japan Antarctic Research Programme in Antarctica o JARPA). Durante este periodo la Comisión Ballenera Internacional ha adoptado más de 30 resoluciones que condenan este tipo de operaciones balleneras principalmente por ser innecesarias para los objetivos de administración establecidos por la Convención y por ser contrarias al espíritu de la moratoria vigente a nivel mundial.
Sin embargo, Japón no sólo ha ignorado los continuos llamados de la comunidad internacional para detener estos programas, sino que una vez finalizado el Programa JARPA anunció que renovaría el programa de caza científica (JARPA II) por 17 años más. Adicionalmente, el gobierno nipón informó que doblaría la cuota anual de ballenas minke antártica a más de 900 animales a pesar que su número poblacional podría ser mucho menor que lo establecido previamente por la CBI.
JARPA II también incluye la captura anual de 50 ballenas jorobada, en un área que alberga una pequeña población vulnerable a sufrir graves impactos negativos debido a su captura y que actualmente es utilizada para el turismo de avistaje de ballenas por comunidades costeras del Pacífico Sur. Finalmente, bajo JARPA II también se capturarán 50 ballenas de aleta al año, una especie que actualmente se encuentra clasificada ‘En Peligro’ y para la cual no existe evidencia científica sobre la recuperación de sus poblaciones desde la implementación de la moratoria.
La primera temporada de JARPA II se inició hoy con la partida de la flota japonesa hacia aguas antárticas, donde espera capturar 935 ballenas minke e iniciar la captura de ballenas de aleta.
Fuente: Mainichi Shinbun, CCC