Alcanzando casi la simple mayoría, las naciones balleneras remecieron el primer día de la 57a reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional, que tendrá lugar durante esta semana en el ex puerto ballenero de Ulsan, Corea.
Al igual que en años anteriores, Japón solicitó eliminar ciertos puntos de la Agenda de Trabajo por considerarlos fuera de la competencia de la Convención, todos los cuales tienen relación con la conservación y el uso no letal de las ballenas, entre ellos Santuarios Balleneros.
Tras una larga discusión, la propuesta de eliminar Santuarios Balleneros de la Agenda fue rechazada por 29 votos contra 28, dejando en evidencia el poderío que han alcanzado las naciones balleneras dentro de la CBI, tras la sostenida adhesión de países en desarrollo que se han alineado a los intereses balleneros de Japón a cambio de programas de financiamiento pesquero.
Posteriormente, la Comisión decidió sobre la propuesta presentada por Japón para introducir el voto secreto. La propuesta, que socavaría la transparencia en los procesos de decisión, fue rechazada por 30 votos contra 27.
Aunque difícilmente pudieran obtener los ¾ de mayoría requeridos para reanudar la caza comercial, las estrechas votaciones entre naciones balleneras y conservacionistas podrían perjudicar la adopción de medidas favorables a la conservación de ballenas.
Durante la pasada reunión de la CBI sostenida en Italia, no se logró el apoyo suficiente para aprobar una propuesta de esquema revisado de manejo (RMS), que había sido duramente criticada por no representar los intereses de la región ni el derecho soberano de los países de utilizar las poblaciones de ballenas mediante metodologías no letales, ser considerado débil en aspectos relacionados al programa de vigilancia y monitoreo de futuras operaciones balleneras y proponer la eliminación de la moratoria sobre la caza comercial al momento de implementarse un RMS.
Este año, se espera que el esquema revisado de manejo (RMS) sea un foco de atención durante la reunión en Ulsan, ya que algunas naciones comienzan a verlo como un compromiso. El plan de manejo llamaría a observadores internacionales a viajar a bordo de embarcaciones balleneras y realizar tests de ADN para asegurar que la carne de ballena consumida en restaurantes coincida con las capturas realizadas bajo el sistema de cuotas.
Sin embargo, el RMS está siendo criticado por conservacionistas ya que no provee garantías ni para la protección de stocks o individuos de ballenas, ni para las consecuencias sobre naciones que no cumplan con los reglamentos establecidos.
Sumado a ello, los rumores que venían alertando a la opinión pública japonesa sobre el nuevo programa de capturas JARPAII para fines científicos se hicieron efectivos durante el primer día de la reunión.
A pesar de las más de 30 resoluciones que han sido adoptadas por la CBI llamando a detener estos programas por ser injustificados, no cumplir con los criterios de investigación establecidos en la Convención, socavar el espíritu de la moratoria y ser posible la obtención de mejores resultados a través de metodologías no letales, Japón manifestó su intención de extender su programa y otorgarse nuevos permisos en aguas del Santuario Ballenero Austral. La ambiciosa actividad comercial ballenera, encubierta bajo fines científicos, busca incrementar las capturas de ballenas minke de 440 a 935 e incluir capturas adicionales de ballenas jorobadas y de aleta, especies actualmente clasificadas a nivel mundial como vulnerable y en peligro.
En caso de ser efectuadas las capturas, la supervivencia de las poblaciones de ballenas podría verse seriamente amenazada debido al delicado estado de conservación de las poblaciones, además de perjudicar los grandes beneficios económicos obtenidos en un creciente número de países del Hemisferio Sur, a través de actividades de ecoturismo
Mientras las naciones conservacionistas consideran la CBI como un foro para adoptar medidas globales de conservación y uso no letal para las ballenas, los balleneros buscan reanudar la captura comercial.
Fuente: CCC