Roma, Italia. 28 de Febrero de 2003 – Durante la 25ta Sesión del Comité de Pesca de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la delegación del gobierno de Japón hizo un llamado para que se continúen realizando esfuerzos en el desarrollo e implementación de modelos que mejoren la administración de la industria pesquera.
De acuerdo a Joji Morishita, de la Agencia de Pesca de Japón “los modelos desarrollados para el manejo de las pesquerías no toman en cuenta el enorme volumen de recursos marinos consumidos por las ballenas, lo que podría amenazar los esfuerzos de conservación que se están realizando en esta área”.
Morishita agregó que las investigaciones realizadas por Japón, a través del programa de “caza científica” desarrollada en el Pacifico Norte, demuestran que anualmente los cetáceos consumen tres a cinco millones de toneladas de recursos marinos, es decir, tres a seis veces más que el volumen capturado para el consumo humano.
Ballenas y la Crisis de la Industria Pesquera: ¿Una Justificación Simplista para Reanudar la Ballenería Comercial?
En 1990, la industria pesquera capturó 90 millones de toneladas de peces comerciales y desde entonces la cifra ha declinado o permanecido estable. Cinco décadas de sobreexplotación indiscriminada han dejado a la industria pesquera en crisis. De acuerdo a la Food and Agricultural Organization (FAO), en 1998 un 44% de las especies comerciales mas valiosas se encontraba en el limite seguro de explotación, un 16% se encontraba sobre explotado y un 6% se encontraba devastado (L.W.Botsford, J.C. Castilla & C.H. Peterson (1997). The Management of Fisheries and Marine ecosystems. Science, Vol 227, pp509-514).
Las cifras son claras en demostrar que actualmente existen demasiadas embarcaciones industriales capturando un reducido numero de poblaciones de peces sobre explotados. La solución a esta situación sería reducir la presión sobre las especies de peces comerciales, adoptando mecanismos precautorios para establecer las cuotas de captura y permitiendo la recuperación de las especies devastadas. Sin embargo, países relacionados a la industria ballenera argumentan que el problema de la crisis pesquera no se relaciona con las actividades de la industria per se, sino con la cantidad de alimento consumido por diversas especies de ballenas alrededor del mundo. De acuerdo a Japón y Noruega la mejor manera de recuperar la industria pesquera es reducir el número de ballenas, vale decir, reanudar la ballenería comercial.
De acuerdo a un informe entregado en 1999 por el Instituto de Investigación de Cetáceos de Japón o ICR por sus siglas en ingles, (Tamura, T. and Ohsumi, S. 1999. Estimation of Total Consumption by Cetaceans in the World’s Oceans) los cetáceos compiten directamente con el hombre por los recursos pesqueros; consumiendo entre 280 y 500 millones de toneladas de recursos marinos, que de otra forma estarían disponibles para la industria pesquera. En el documento, el ICR evalúa la necesidad de “desarrollar un plan de manejo de los organismos marinos, que incluya mamíferos marinos – como ballenas, delfines, marsopas y pinnípedos – con el fin de implementar estrategias de manejo sustentables a largo plazo”.
El informe del ICR asume que las ballenas comen diariamente 3.5% de su peso corporal, pero de acuerdo a otras investigaciones, esta cifra corresponde al doble de la real (1.75%). En este ultimo caso, los cetáceos estarían consumiendo en realidad 140 a 250 millones de toneladas de alimento.
Pero incluso asumiendo que la cifra entregada por el ICR es correcta, no es posible asegurar que el total, o un alto porcentaje de las 500 millones de toneladas, estarían disponibles para la industria pesquera. Por ejemplo, el documento del ICR asevera que los cetáceos del hemisferio sur ingieren hasta 269.5 millones de toneladas de alimento anualmente, de los cuales 109.6 millones corresponderían al alimento consumido por diversas especies de misticetos (o ballenas) y 160 por diversas especies de odontocetos como el cachalote (100 millones) y la orca (60 millones).
Pero las ballenas del hemisferio sur se alimentan casi exclusivamente de zooplancton y los cachalotes se alimentan de calamares gigantes de profundidad (Architeuthis dux). Si consideramos que actualmente varias especies zooplancton no son explotadas comercialmente y tampoco existe un aprovechamiento comercial del calamar gigante, la cantidad de recursos consumidos por los cetáceos (de acuerdo a la cifra entregada por el ICR), se reduciría a 150 millones toneladas anuales. Finalmente, si consideramos que la dieta de las ballenas del hemisferio norte también incluye zooplancton y otros crustáceos que no son explotados por la industria pesquera, la cifra continúa declinando aun más.
Los argumentos entregados por Japón, sobre cómo la reducción del numero de ballenas ayudaría a la recuperación de la industria pesquera, se basan en interpretaciones extremadamente simplistas de los ecosistemas marinos que no toman en consideración las innumerables variables que interactúan constantemente en la compleja cadena alimenticia marina. La naturaleza de tales interacciones es todavía desconocida y los impactos de las actividades humanas sobre ellas continua siendo un misterio.
De acuerdo al ICR, reducir el número de ballenas podría incrementar las poblaciones de peces comerciales; pero esto no significa necesariamente que dichas poblaciones estarán a disposición de la industria pesquera en un futuro cercano. Un alto porcentaje morirá por causas naturales (como ocurre con todas las especies silvestres) y otro porcentaje será consumido por otras especies depredadoras como aves marinas, mamíferos marinos y otros peces (los mayores depredadores de peces en los ecosistemas marinos, son otros peces y no los cetáceos).
Incluso la reducción del número de ballenas podría generar el efecto contrario, ya que los cetáceos se alimentan de especies marinas que también consumen peces explotados comercialmente.
Si efectivamente el ICR tuviera razón, cabe preguntarse por qué la industria pesquera está en crisis justo cuando las poblaciones de ballena a nivel mundial se encuentran reducidas drásticamente. Desde 1900, al menos 1.5 millones de ballenas han sido cazadas por la industria ballenera. Como resultado de esta matanza indiscriminada, muchas poblaciones actuales de ballena representan sólo un pequeño porcentaje de la población original.
De acuerdo a las argumentaciones del ICR, las poblaciones de peces comerciales deberían ser más abundantes hoy que a principios del siglo XX, cuando la ballenería industrial inició sus actividades a gran escala. Pero lo cierto es que las poblaciones de peces han continuado disminuyendo a pesar de la drástica reducción de las poblaciones de ballenas a nivel mundial. Este sólo hecho es suficiente para ilustrar la inconsistencia del último argumento presentado por Japón para de reanudar la caza y comercialización de productos de ballena.
En conclusión, las soluciones viables para detener la declinación de la industria pesquera son aliviar la presión sobre las poblaciones de peces capturados y eliminar la sobreexplotación actual. Cualquier sugerencia distinta es sólo un intento de la industria pesquera de evadir su responsabilidad en la desaparición de los recursos pesqueros, evitar tomar las medidas necesarias para la recuperación de las poblaciones de peces sobre explotados y promocionar internacionalmente la reapertura de la caza comercial de ballenas.
Fuentes: Factores Ambientales que Amenazan la Recuperación de Cetáceos…; Scoop