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Japón reconoce altos niveles de toxinas en grasa de ballena

Tokio, Japón. 08 de Agosto de 2002 – A pesar de la actual moratoria a la caza comercial de ballenas, implementada por la Comisión Ballenera Internacional en 1986, Japón continúa siendo el mayor consumidor de carne y grasa de ballena, proveniente de programas de caza científica desarrollados por este país en el Santuario Ballenero Austral y Pacifico Norte.

Sin embargo, recientes estudios científicos han revelado que la grasa de ballena se encuentra altamente contaminada.

De acuerdo a Joji Morishita, del Dpto. Nacional de Pesca de Japón, cuatro de cinco muestras tomadas aleatoriamente entre 100 ballenas minke cazadas en el Pacifico Norte durante la temporada 2001, contenían 0.72 partes por millón (ppm) de PCBs o bifenil policlorado, una toxina relacionada al desarrollo de cáncer hepático. Esta cifra es 0.5 ppm más alta que el nivel establecido como seguro por el gobierno japonés.

De acuerdo a oficiales del departamento de pesca japonés, los niveles de PCB no representan un problema debido a que la contaminación puede reducirse durante el procesamiento de la carne. Pero Nanami Kurasawa, de Red de Acción de Delfines y Ballenas en Japón afirmó que “necesitamos conocer más detalles acerca de los contaminantes presentes.”

La noticia sobre los altos niveles de contaminantes se realizó mientras el gobierno de Japón realiza una venta anual de más de dos toneladas de carne y grasa de ballena con el objetivo de promover su consumo entre los pobladores nipones.

Bifeniles Policlorinados

La industrialización ha aumentado rápidamente la generación de nuevos agentes químicos, entre los cuales destacan productos inorgánicos como el plomo, mercurio, arsenio, cadmio y asbesto, o productos orgánicos como el bifenil policlorinado (PCB), el cloruro de vinilo, o el pesticida DDT.

La peculiaridad de diversos de estos agentes es la capacidad de producir cáncer en el tiempo, como el cáncer de pulmón relacionado con el asbesto; el cáncer de hígado por cloruro de vinilo; o las leucemias relacionadas con la exposición al benceno. La enfermedad de Minamata, producida por ingerir pescado contaminado por mercurio, y la enfermedad de Yusho, relacionada con alimentos contaminados con furanos clorinados, son algunos ejemplos de los procesos tóxicos agudos producidos por dichas sustancias.

No se conoce con detalle el efecto perjudicial de la mayoría de los tóxicos del entorno. La incidencia y frecuencia de cada enfermedad guardan relación con la dosis de toxina. Para los efectos crónicos o retardados, como el cáncer o las alteraciones en los descendientes de los individuos expuestos, no hay un umbral de dosis seguro por debajo del cual no se desarrolla la enfermedad.

En consecuencia, el efecto cancerígeno de ciertos agentes ambientales contaminantes como el DDT o PCB es de una magnitud desconocida.

Fuente: Associated Press