Tokio, Japón. 31 de Julio de 2002 – Cerca de dos toneladas de carne roja de ballena fueron puestos a la venta hoy en todo Japón a menor precio, con el fin de recaudar aproximadamente 32 millones de dólares que serán utilizados para financiar los programas de la denominada caza científica desarrollados por ese país.
Takumi Ikeshima, vocero del Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR por sus siglas en inglés), organismo gubernamental japonés encargado de los programas de caza científica, declaró que realizarán esta venta especial para financiar la próxima temporada de cruceros de investigación y para promover el consumo entre la población más joven.
Alrededor de 270 toneladas de la carne serán utilizadas en los almuerzos escolares de los establecimientos educacionales nipones con el fin de incentivar su consumo entre la población más joven y así intentar asegurar la futura demanda del producto.
A pesar que la carne de ballena constituyó una fuente importante de proteínas para el empobrecido pueblo japonés después de la Segunda Guerra Mundial, la demanda actual por el producto se reduce a un puñado acaudalados dispuestos a pagar grandes sumas de dinero a cambio de pequeños bocados de la misma.
La carne puesta a la venta proviene de 440 ballenas minke austral (Balaenoptera acutorostrata), que fueron cazadas en el Santuario Ballenero Austral durante la temporada de caza finalizada el pasado mes de marzo. |
¿Investigación Científica o Comercio de Especies Protegidas?
Japón detuvo la caza comercial de ballenas en 1986, año en que entró en vigencia la moratoria impuesta por la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Pero desde 1987 desarrolla la caza de ballenas bajo supuestos fines de ‘investigación científica’ que mantienen activo el mercado de carne de ballena local.
El gobierno nipón argumenta que ciertas especies de cetáceos, entre ellas la ballena minke, no se encuentran en peligro y que las poblaciones son numerosas. Pero de acuerdo al Comité Científico de la CBI, “actualmente, no es posible entregar una estimación poblacional confiable de la ballena minke austral, pero se evidencia una disminución de la abundancia poblacional por razones desconocidas”.
Las actividades de caza científica japonesa han sido duramente criticadas por la comunidad internacional y las organizaciones ambientalistas, debido a que actualmente existen metodologías no letales que permiten obtener la misma información sin necesidad de eliminar a los animales. Japón sostiene que es necesario matar las ballenas para poder estudiarlas, pero tras 15 años de caza científica y miles de ballenas muertas, el programa de investigación japonés en la Antártica sólo ha publicado seis informes científicos durante la última década; una cifra vergonzosa para un programa de tal envergadura que ha operado por tantos años.
Fuente: Yahoo News