ICB/CCC, 23 de mayo de 2015 – Cerca de 500 científicos de todo el mundo dedicados a la investigación no letal y la conservación de la fauna, se unieron para expresarle al Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional su absoluto rechazo a un nuevo plan de caza “científica” de Japón en Antártica y solicitar que dicho plan no sea aprobado. El Comité se encuentra reunido a partir del 22 del corriente mes y sesionará hasta el 3 de junio en San Diego, Estados Unidos. El gobierno de Japón espera que el Comité evalúe su propuesta para reiniciar la caza de ballenas a gran escala el próximo verano austral.
CAZA ILEGAL DE BALLENAS EN ANTARTICA
El 31 de marzo de 2014, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya a través de un histórico fallo, ordenó al gobierno de Japón el cierre de sus operaciones de cacería “científica” de ballenas en la Antártica. La Corte concluyó que el Programa llamado JARPA II, por el cual Japón mataba ballenas “para estudiarlas”, no cumplía con el propósito de investigación científica de los estatutos que rigen la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y, por lo tanto, no era ciencia. Asimismo, la Corte concluyó que estas matanzas violan la moratoria sobre la caza comercial de ballenas y la integridad del Santuario del Océano Austral, donde la caza de estos mamíferos marinos está prohibida independientemente del estado de conservación de sus poblaciones.
Tras diversas declaraciones públicas realizadas por las autoridades de Japón afirmando que cumplirían con el fallo de la Corte, el pasado 19 de noviembre, el gobierno japonés presentó a la Comisión Ballenera Internacional el “Proposed Research Plan for New Scientific Whale Research Program in the Antarctic Ocean” (NEWREP-A). Este “nuevo” plan no es más que una continuación del JARPA II, y busca reanudar la caza de ballenas a escala comercial bajo supuestos fines de investigación “científica” y evadir el cumplimiento del dictamen inapelable de la Corte.
COMUNIDAD CIENTIFICA MUNDIAL UNIDA EN DEFENSA DE LA CIENCIA Y LAS BALLENAS
Por ello, casi medio millar de investigadores, cuya representatividad de la comunidad científica es mucho más amplia globalmente que el propio Comité Científico de la CBI, se unieron para expresar su rechazo a la utilización de la ciencia con fines políticos. Entre ellos se destacan prestigiosos investigadores a nivel mundial tales como Jane Goodall, Roger Payne, Sidney Holt, Erich Hoyt, Frans de Waal, Bernd Wursig, Giuseppe Notarbartolo Di Sciara junto a cientos de investigadores de Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Guatemala, India, Irlanda, Luxemburgo, México, Países Bajos, Perú, Portugal, Reino Unido, República Dominicana, Sudáfrica, Suiza, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Los firmantes respaldan el fallo de la Corte Internacional de Justicia y coinciden plenamente con el dictamen que sostiene que tras miles de ballenas muertas “el resultado científico del JARPA II es limitado“ y que el gobierno de Japón ha implementado la denominada caza ‘científica’ de ballenas en la Antártica “por razones logísticas y políticas más que científicas”.
Erich Hoyt, miembro de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de Cetáceos y de la Comisión Mundial de la UICN para Áreas Protegidas, expresó que “la propuesta del gobierno de Japón para continuar cazando ballenas ’en nombre de la ciencia’ es ignorante, interesada y profundamente anacrónica. Que se reabriera la cacería de ballenas en el Santuario del Océano Austral es, por lo menos, escandaloso. La Corte Internacional de Justicia y la comunidad científica internacional se han expresado fuerte y claramente, y el mundo se preguntará por qué el gobierno japonés se rehusa a escuchar. No es sorprendente que tantos científicos alrededor del mundo – científicos que a menudo son reacios a involucrarse en acciones políticas o de conservación – hayan unido sus voces para mostrar que las intenciones de la industria ballenera japonesa son una perversión y un abuso del concepto de ciencia.”
El Dr. Claudio Campagna, miembro del Programa Marino de Wildlife Conservacion Society afirmó que: “La controversia frente al tema de la ’caza científica’ no se agota en el encubrimiento de objetivos comerciales que parasitan los fundamentos de la ciencia. Una parte significativa del mundo es desoída cada vez que se renueva la intención de seguir cazando ballenas. Dada la interdependencia en la que vivimos, los estrategas políticos deberían construir cooperación y reciprocidad, sopesando la voluntad internacional frente a los intereses internos”.
Desde la implementación de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas en 1986 hasta 2013, el gobierno de Japón cazó más de 13.000 ballenas con supuestos fines de investigación “científica”. Al respecto, los científicos firmantes sostienen que “No existe en el mundo actual ningún estudio de grandes mamíferos que haya requerido una muestra tan desproporcionada para aprender sobre su biología y requerimientos ecosistémicos”, y resaltan que “la comunidad científica internacional no aceptaría ningún programa de investigación basado en la muerte de cientos de osos, felinos o chimpancés cada año para estudiarlos”.
El Dr. Mariano Sironi, Profesor en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Córdoba y Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas, una de las organizaciones no gubernamentales que lideró esta iniciativa explica: “Un doctor que investiga a su paciente no lo mata para hacer su diagnóstico. Como investigador trabajando en el estudio científico de ballenas más largo del mundo basado en su foto identificación, puedo asegurar que en pleno siglo XXI es innecesario matar ballenas para estudiarlas. Si el gobierno de Japón reorientara sus esfuerzos en un programa de investigación basado en técnicas no letales, no sólo cumpliría con sus obligaciones internacionales sino que además, brillaría entre las naciones más avanzadas en su conocimiento científico sólido y útil acerca de las ballenas. Ésta sería una sabia decisión que, además, le traería a Japón muchos más aplausos y honores que rechazos desde la comunidad internacional. ”
Finalmente, en la misiva los científicos firmantes efectúan un contundente llamado al Comité Científico de la CBI a rechazar la propuesta NEWREP-A, y sostienen que validarla representaría un “lamentable retroceso de la ciencia, un gravísimo precedente para otros acuerdos internacionales que fundamentan sus decisiones en criterios científicos y un serio golpe para el sistema judicial mundial.”
Bárbara Galletti, Presidenta del Centro de Conservación Cetacea de Chile expresó: “Nos enorgullece haber liderado esta iniciativa junto al Instituto de Conservación de Ballenas. Esta declaración, firmada por cientos de investigadores, es un rotundo llamado a detener los programas de caza de ballenas de Japón en Antártica, ya que distorsionan el concepto de ciencia. La conducta del gobierno de Japón sienta un grave precedente para utilizar la ciencia con fines geopolíticos en una zona estratégica como el Océano Austral.”
La Carta será entregada a la Secretaría de la CBI para que sea distribuida a todo el país miembro de la CBI, así como a todos los representantes del Comité Científico.
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Fuente: Instituto de Conservacion de Ballenas, Centro de Conservación Cetacea