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Japón promete continuar matanza de ballenas con fines “científicos” en Antártica

A pesar de haber violado por décadas la moratoria sobre la caza comercial y el santuario de ballenas del Océano Austral, máximas autoridades de Japón han comprometido todos sus esfuerzos para continuar la matanza “científica” de ballenas en Antártica y levantar la moratoria que protege a estos mamíferos marinos a nivel global.

A pesar del histórico fallo de la Corte Internacional de Justicia el pasado 31 de Marzo que revocó los permisos de caza “científica” de ballenas de Japón en Antártica, el primer ministro de ese país, Shinzo Abe, afirmó este lunes que impulsará esfuerzos para reanudar la caza comercial de ballenas.

“Quiero enfocarme en la reanudación de la caza comercial de ballenas mediante la implementación de programas de caza ‘científica’ para obtener información indispensable para la administración del recurso ballena”, afirmó Abe ante una comisión parlamentaria, agregando que “para ello impulsaré esfuerzos para obtener la comprensión de la comunidad internacional.”

Festival Ballenero

Ante el mismo comité parlamentario, el ministro de pesca japonés, Yoshimasa Hayashi, afirmó que el comercio de carne de ballena “no viola ninguna ley nacional o internacional”. Esto a raíz del cierre de la venta de carne y productos de cetáceos de la mayor cadena de comercio electrónico japonés (Rakuten) tras el fallo de la Corte en marzo pasado, que determinó que la matanza de ballenas de Japón en Antártica es ilegal. Pero para Hayashi, Rakuten es sólo una empresa privada que tomó una decisión comercial. Sin embargo el ministro lamentó el creciente número de empresas que rehúsan vender productos de cetáceos.

En las dependencias de su ministerio, Hayashi inauguró este lunes la “semana de la ballena”, una campaña que forma parte de los esfuerzos del gobierno japonés para promover la caza y el consumo de ballenas como parte de la cultura japonesa.

Durante la apertura, los invitados pudieron consumir diferentes cortes de ballena y durante la semana el gobierno distribuirá gratuitamente carne frita de ballena a quienes visiten la exhibición instalada en el Ministerio de Pesca de ese país.

El consumo de carne de ballena en Japón ha disminuido drásticamente durante las últimas décadas y no forma parte regular de la dieta de la mayoría del pueblo japonés. Actualmente, cerca de cinco mil toneladas de carne y productos de ballena se encuentran almacenados en gigantescos congeladores debido a la falta de consumidores. Sin embargo un poderoso lobby asociado a la industria pesquera japonesa y sectores políticos más conservadores han asegurado la mantención de la industria ballenera en ese país mediante significativos subsidios proveniente de los contribuyentes.

Nuevo Programa de Caza “Científica” de Ballenas en Antártica

El comisionado de Japón ante la Comisión Ballenera Internacional, Joji Morishita, fue aún más lejos y tras las declaraciones de Abe afirmó que el fallo de la Corte Internacional de Justicia ayudará a Japón a continuar cazando ballenas en nombre la ciencia. “La suposición de la Corte es que Japón podría…conducir un nuevo programa de investigación,” por lo que de acuerdo a Morishita “está bien que su país proponga un nuevo programa de matanza ‘científica’ de ballenas mientras cumpla con el razonamiento y conclusiones de la Corte.”

Pero los críticos son escépticos que Japón pueda alcanzar justificaciones científicas convincentes para mantener la matanza de estos mamíferos marinos en el Santuario de Ballenas del Océano Austral. Para Naoko Fuhanashi, directora de la oficina japonesa del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) afirmó que “la Corte presentó una serie de críticas al programa de caza “científica” y hacer frente a todas esas criticas en un nuevo programa de investigación será imposible.”

Rechazo Internacional

Las declaraciones de las autoridades japonesas generaron el rechazo inmediato de Australia y Nueva Zelanda, los dos países involucrados en la demanda contra Japón ante la Corte Internacional de Justicia. El ministro de medio ambiente de Australia, Greg Hunt, recordó que su país se opone a la caza comercial y científica de ballenas y afirmó que “creemos que todos los países deben respetar el resultado de la Corte.”

Su homólogo neozelandés, Murray McCully, calificó las declaraciones de Abe como “preocupantes” y agregó que “aunque no existe claridad sobre lo que está proponiendo Abe en el corto plazo, el hecho que haya afirmado ante el comité parlamentario que busca reanudar la caza comercial de ballenas es desafortunado y poco constructivo.”

El ministro de Nueva Zelanda, país que se unió a Australia en la demanda contra Japón ante la Corte Internacional de Justicia, recordó que las declaraciones de Abe se producen después que el pasado 31 de Marzo el gobierno nipón se comprometiera a cumplir con la sentencia de la Corte. McCully concluyó que “como país que valora el derecho internacional, esperamos que Japón respete la decisión de la Corte Internacional de Justicia.”

Japón, Importante Destino del Turismo de Avistaje de Ballenas y Delfines

A menos de una semana de las desafortunadas declaraciones de Abe, más de doscientos operadores de turismo japoneses se reunieron el pasado 4 de junio en Tokio para conformar y realizar la primera reunión del Consejo sobre Turismo de Avistaje de Ballenas y Delfines de Japón. Los operadores sostuvieron que el avistaje de ballenas es una alternativa a la caza de ballenas que genera importantes ingresos económicos para las comunidades costeras.

Kazunobu Kogu, operador de turismo de avistaje de ballenas en la isla de Mikurajima, afirmó que cerca de nueve mil visitantes arriban anualmente con el fin de observar delfines, generando importantes ingresos para los habitantes de esta isla localizada a 200 km al sur de Tokio.

El turismo de avistaje de ballenas es una actividad que se realiza en más de 120 países y genera más de dos mil millones de dólares anuales, en contraposición a la matanza de ballenas que es llevada a cabo con fines comerciales sólo en tres países – Japón, Islandia y Noruega – y que apenas se mantiene a flote gracias a fuertes subsidios estatales.

Desde la década de 1980 Japón ha consolidado una robusta industria de turismo de avistaje de delfines y ballenas que suele pasar inadvertida frente al creciente rechazo internacional que generan las matanzas anuales de cetáceos que realiza la nación asiática en aguas costeras e internacionales. Con un crecimiento de seis por ciento anual, Japón concentra actualmente el 10 por ciento del mercado mundial del turismo observación de cetáceos. La mayoría de los turistas son japoneses lo que sugiere un cambio cultural respecto a la forma de interactuar con estos mamíferos marinos.

Fuente: The GuardianAustralian News NetworkMother Nature Network3NewsGlobal PostThe Japan TimesScience Insider