La importancia económica de los servicios brindados por la biodiversidad quedó revelada ayer tras la presentación del informe “La Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad” (TEEB por sus siglas en inglés) en el marco de la10ma Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP10 de CBD) que se realiza en Nagoya, Japón.
Pavan Sukhdev, líder del estudio afirmó que “TEEB ha documentado la multibillonaria importancia del mundo natural en la economía global y la necesidad de realizar cambios para enfrentar de mejor manera los crecientes desafíos globales”. De acuerdo a Sukhdev la buena noticia es que muchas comunidades y países ya ven el potencial de incorporar el valor de la naturaleza en los procesos de decisión.
El TEEB hace un llamado a los tomadores de decisiones a reconocer la contribución de la naturaleza en temas de bienestar humana, salud, seguridad y cultura. Promueve la demostración y donde proceda, la captura de los valores económicos que brindan los servicios de la naturaleza mediante una gama de instrumentos y mecanismos políticos.
“El tiempo de ignorar la biodiversidad y persistir en pensamientos convencionales acerca de la creación de riqueza y desarrollo ha finalizado. Debemos avanzar hacia el camino de la economía verde”, enfatizó Sukhdev.
Achim Steiner, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirmó que “en el pasado los sectores tradicionales como industria, minería y comercio, etc., eran los temas prioritarios en la mente de los planificadores comerciales y ministros de economía y desarrollo, pero este informe a reenfocado la atención mundial sobre la importancia, igual o superior, de los bienes y servicios que entrega la naturaleza para el bienestar de las naciones”.
El TEEB también alerta sobre los riesgos económicos y sociales de ignorar el valor de la naturaleza en la economía, particularmente en sectores como la minería. La consultora británica TruCost evaluó que las 3.000 principales industrias a nivel mundial generan impactos negativos o “externalidades ambientales” por un valor estimado en 2.2 billones de dólares al año.
Las principales conclusiones y recomendaciones del estudio incluyen la necesidad de transparentar la información de las empresas sobre los impactos que generan sus actividades en los ecosistemas y la sociedad humana; el compromiso de los gobiernos de permitir libre acceso a información sobre subsidios con el fin de poder monitorear y eventualmente eliminar prácticas perversas y destructivas; y consolidar la conservación y restauración de la naturaleza como una opción de inversión viable para mitigar los impactos del cambio climático, entre otros.
Más información sobre el estudio y el informe final aquí.
Fuente: EurekAlert