Reykiavik, Islandia. 10 de enero de 2011 – Una petición presentada recientemente por la coalición de organizaciones civiles de Estados Unidos, “Whale Need US” al Secretario de Comercio de Estados Unidos (EE.UU) para adoptar medidas comerciales contra Islandia por la caza de ballenas, aumenta la creciente presión sobre la nación nórdica para abandonar su política ballenera.
En julio de 2010 el Parlamento Europeo afirmó que Islandia tendría que abandonar las operaciones de caza de ballenas y apoyar la moratoria sobre la captura y el comercio internacional de estos mamíferos marinos si desea ser miembro de la Unión Europea (UE).
Posteriormente en noviembre, el secretario de comercio de EE.UU, Gary Locke, se comunicó con el Ministro de Pesca de Islandia, Jón Bjarnason, criticando la caza y exportación de ballenas de parte de Islandia. En dicha ocasión, Bjarnason afirmó que su país está preparado para intercambiar opiniones sobre la materia con el gobierno norteamericano.
Bajo la legislación de EE.UU el presidente puede imponer sanciones comerciales contra otro país por “socavar la efectividad” de acuerdos de conservación. En este contexto, la molestia expresada por el gobierno norteamericano y la presión ejercida por la sociedad civil para que se adopten sanciones comerciales constituye una seria amenaza para uno de los principales exportadores de bacalao y eglefino a EE.UU.
Desde 1986 la CBI cuenta con una moratoria vigente sobre la caza comercial de ballenas, la cual se complementa con una prohibición al comercio internacional de carne y productos de ballena adoptada por la Convención para el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) tras la entrada en vigencia de la moratoria.
Sin embargo, Islandia continua cazando ballenas, incluso cientos de ejemplares de especies en peligro como ballenas de aleta, con el fin de exportar los productos, principalmente a Japón. Sólo en 2010, la nación nórdica capturó cerca de 200 ballenas de aleta y 80 ballenas minke.
A pesar del rechazo de la comunidad internacional, Islandia también ha aumentado la exportación de productos de ballena. En 2010 más de 800 toneladas de carne de ballena, grasa y aceite fueron exportados a Noruega, Japón y las Islas Faroe, y se realizaron envíos ilegales de productos de ballena a Latvia y Belarus, informó la coalición.
De acuerdo a informes de la coalición de ONGs, se han identificado empresas islandesas que deberían ser sancionadas con medidas comerciales por Estados Unidos, las cuales incluyen importantes compañías pesqueras relacionadas con la industria ballenera.