13 de noviembre de 2025. Durante décadas, los científicos han sabido que los cachalotes (Physeter macrocephalus) se comunican mediante secuencias de clicks conocidas como codas. Estos sonidos, similares al sonido de un martillo hidráulico submarino, eran considerados principalmente como un sistema binario y rítmico. Sin embargo, una nueva investigación publicada en la revista Open Mind propone que su sistema de comunicación es mucho más sofisticado de lo que se creía, presentando sorprendentes similitudes acústicas con las vocales humanas.
Los responsables del hallazgo son el equipo multidisciplinario del Proyecto CETI, una iniciativa que busca descifrar la comunicación de estos gigantes marinos. Liderados por el lingüista Gašper Beguš de la Universidad de California, Berkeley, los investigadores analizaron más de mil grabaciones de cachalotes en el mar Caribe, frente a la costa de Dominica.
Durante los análisis, el equipo aceleró el ritmo de las codas grabadas y fue entonces cuando descubrieron algo nuevo. A velocidad normal, las codas suenan como secuencias simples de clicks. Pero al acelerarlas, emergieron cualidades sónicas inéditas que se asemejan a las vocales a e i. “Si eliminamos los silencios de sus clicks y los hacemos más rápidos, aparecen patrones que se ven similares a nuestras vocales”, explicó Beguš.
El estudio identifica además la presencia de lo que denominan “diptongos”, sonidos que se deslizan de una “vocal” a otra, lo que sugiere que los clicks no son meramente binarios, sino que operan en un rango continuo de atributos, presumiblemente cargados de significado. “Es limpio, preciso, como una navaja afilada. Nunca he visto algo tan estructurado y aparentemente intencional”, afirmó Beguš sobre el sistema de codas.
Escepticismo en los resultados
No obstante, el estudio ha generado un fuerte debate entre los especialistas. La comparación con las vocales humanas ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos biólogos marinos.
Luke Rendell, de la Universidad de St. Andrews en Escocia, con más de 30 años de experiencia estudiando cachalotes, calificó la analogía de “sin sentido”. Rendell argumenta que el patrón identificado podría ser el resultado de la maquinaria de grabación o de una distorsión introducida por el aparato de registro, y no un sonido producido intencionadamente por la ballena. “No hay evidencia de que los animales estén respondiendo de ninguna manera a este nuevo patrón”, sostuvo el investigador.
Por su parte, Denise Herzing, bióloga marina de la Universidad Atlántica de Florida, también objetó el uso del término “vocal” por considerar que puede llevar al público a sacar conclusiones precipitadas sobre similitudes con el lenguaje humano. Herzing recordó que afirmaciones similares sobre las capacidades de los delfines en el pasado detuvieron proyectos de investigación relativo a estos cetáceos durante varios años. A pesar de sus reservas, la científica reconoció que el nuevo patrón de vocalizaciones “merece ser explorado” y que el estudio del Proyecto CETI representa “una mirada novedosa sobre la comunicación de los cachalotes aplicando una técnica que no se había utilizado antes”.
El equipo del Proyecto CETI se defiende de las críticas señalando que han sido extremadamente cuidadosos. Beguš afirmó que el mismo patrón se ha encontrado en codas registradas por otros laboratorios con equipos diferentes, aunque esos datos aún no se han publicado.
Este descubrimiento, polémico pero potencialmente revolucionario, abre una nueva ventana a la comprensión de una de las sociedades más enigmáticas del océano. Mientras la ciencia continúa debatiendo, cada nuevo hallazgo destaca la urgencia de proteger a estos mamíferos marinos, cuyas complejas conversaciones podrían guardar secretos para comprender y respetar de mejor manera el mundo donde vivimos.
Fuentes: ScienceNews, National Geographic
