Las conservación de las ballenas y la gobernanza de los océanos se anotaron un rotundo triunfo en el cuarto día de sesiones de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se encuentra reunida desde el lunes en la ciudad centroamericana de Panamá para decidir el futuro de estos gigantes marinos.
La propuesta de renovación de cuotas de caza aborigen presentada por Dinamarca a nombre de Groenlandia fue rechazada por 34 votos en contra, 25 a favor y dos abstenciones debido al fuerte carácter comercial de estas matanzas y la falta de cumplimiento de los requerimientos de la CBI, entre otros.
La propuesta, que incluía cuotas de matanza para ballenas de Groenlandia, ballenas de aleta y ballenas jorobada y además presentaba un significativo aumento en el número de animales que serían capturados durante los próximos seis años, alcanzado una cifra total de más de 1.200 ballenas.
A pesar que Groenlandia afirma que estas matanzas son necesarias para la subsistencia de sus pueblos originarios, diversos estudios revelan la creciente comercialización de carne y productos de ballenas tanto en supermercados como en cruceros, restaurantes y hoteles de turismo. De acuerdo a una investigación de la Sociedad para la Conservación de Ballenas y Delfines (WDCS por sus siglas en inglés), más de 200 mil porciones de productos de ballenas son vendidas a los turistas que visitan a nación danesa, en flagrante violación a la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas.
Para el bloque de países de Latinoamericanos que forman parte de la CBI – conocido como Grupo Buenos Aires – la propuesta afecta directamente los intereses de uso no letal de diversas comunidades puesto que incluye ballenas jorobadas de una población que migra hacia las aguas del Caribe que es clave para el turismo de avistaje de ballenas en países como República Dominicana. En referencia a la propuesta danesa, durante la presentación inicial de la misma realizada el pasado lunes, el comisionado de Repíublica Dominicana ante la CBI criticó duramente estas matanzas afirmando, entre otros, que su país hace “grandes esfuerzos en la conservación de esta población para que otros se las coman”. Por su parte, otros países como Brasil y Ecuador afirmaron que la propuesta era inaceptable al tener un fuerte componente comercial; y Argentina destacó la falta de información sobre las capturas e inconsistencias de estas matanzas.
Durante la reapertura del debate de hoy sólo dos países realizaron intervenciones, una a favor y otra en contra de la propuesta danesa. Fue entonces cuando Chipre, a nombre de la Unión Europea afirmó que no podían apoyar la propuesta como fue presentada. Luego Estados Unidos desenmascaró finalmente su interés de eliminar la moratoria sobre la caza comercial y reanudar la industria ballenera afirmando que apoyarían la propuesta de Groenlandia tal cual fue presentada originalmente.
A diferencia de 2010, cuando la posición de la Unión Europea y la dictadura del consenso al interior de la CBI condenaron la vida de decenas de ballenas jorobada, esta vez los votos en contra del bloque europeo (a excepción de Suiza que se abstuvo), el Grupo Buenos Aires, y Australia, Nueva Zelandia, Mónaco y Gabón fueron claves para evitar la eliminación de facto de la moratoria sobre la caza comercial y fortalecer la gobernanza al interior de este organismo internacional.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas “a pesar que hoy ganó la conservación de las ballenas y la gobernanza de los océanos no podemos bajar la guardia frente a la creciente e inaceptable presión ejercida por los Estados Unidos para revitalizar la caza comercial de ballenas, que finalmente ha quedado expuesta tras su controversial “paquete” ballenero aprobado el martes pasado y su apoyo incondicional a la impresentable propuesta de Groenlandia”.
La ambientalista recordó la presión a la que fue sometida la CBI de parte la nación norteamericana para aprobar una propuesta conjunta de renovación de cuotas de caza aborigen para comunidades de Alaska, Rusia y la isla caribeña de San Vicente y Granadinas, a pesar que la matanza de este último país también tienen un fuerte componente comercial que viola la moratoria e incluyen la matanza de crías de ballenas jorobada, una práctica que está prohibida bajo los estatutos de la CBI. Como resultado sólo Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay y República Dominicana, junto a Gabón fueron los únicos países que defendieron férreamente la defensa de la moratoria y el cumplimiento de los reglamentos de la CBI.
Al respecto Cabrera concluyó que “esperamos que el mundo se informe del negativo rol que está jugando los Estados Unidos en la protección de las ballenas a nivel global porque sólo la presión ciudadana podrá bloquear sus crecientes intenciones de revitalizar la moribunda y decadente industria ballenera”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea