A partir de hoy y durante toda la semana se realizará en Panamá la 64ta asamblea anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que tiene como objetivo decidir el futuro de las poblaciones y especies de ballenas a nivel global.
El primer punto sustantivo de la agenda será la propuesta liderada por el bloque de países latinoamericanos que forman parte de la CBI, conocido como Grupo Buenos Aires, para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur que brindará protección a más de 50 especies de cetáceos en la cuenca marina de esta región.
A pesar que la mayoría de países miembro de la CBI apoyan la creación de esta importante área de protección para las ballenas, han pasado más de 10 años desde la presentación inicial de la misma. Los intentos por adoptar la propuesta se han visto frustrados reiteradamente por los países con intereses balleneros. Esto porque la creación del santuario requiere el 75 por ciento de los votos de todos los miembros de la CBI para ser aprobada y Japón ha consolidado una política de compra de votos de algunas naciones caribeñas y africanas al interior de la CBI que le permite bloquear la adopción de medidas de conservación, como la creación de nuevos santuarios de ballenas.
Adicionalmente, entre 2008 y 2010 la propuesta no fue presentada a votación pues la comisión se orientó a sacar adelante un proceso de negociación conocido como “el futuro de la CBI” liderado por Estados Unidos que buscaba eliminar la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas y legitimar la matanza de ballenas con supuestos fines científicos incluso en la zonas designadas como santuarios, la cual habría condenado el futuro de las ballenas. Durante ese periodo los procesos democráticos de votación al interior de la comisión fueron reemplazados por decisiones adoptadas por consenso que finalmente debilitaron las capacidades de la CBI para avanzar hacia la modernización de este organismo internacional y adaptarla a los intereses de uso no letal y conservación promovidos por la mayoría de los países miembro de la CBI.
El proceso finalmente fracasó y fue cerrado. En 2011, el Grupo Buenos Aires presentó la propuesta de santuario nuevamente a votación y en una insólita movida las naciones balleneras, liderados por Japón, abandonaron la sala y sabotearon el proceso de votación el cual fue suspendido y quedó como el primer punto sustancial de la agenda para la reunión de Panamá.
En este contexto Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea de Chile y observadora acreditada ante la CBI hace más de una década afirmó que “hemos esperado más de una década para sacar adelante esta importante iniciativa la cual es clave para garantizar la conservación a largo plazo de especies y poblaciones de ballenas que son utilizadas por cientos de comunidades costeras de nuestra región en un floreciente turismo de avistaje de estas especies que beneficia a millones de personas. Los intereses de las naciones balleneras no pueden continuar imponiendo, mediante actos y acciones condenables, una política ballenera que sólo beneficia los intereses de industrias pesqueras foráneas”.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea