“La biodiversidad marina es esencial para la vida en la tierra. Debemos actuar hoy para protegerla para el futuro”. Con estas palabras Irina Bokova, directora general de la UNESCO, cierra su mensaje conmemorativo del Día de la Biodiversidad (22 de Mayo), que este año está dedicado a la biodiversidad marina.
Desde la ballena azul, el animal más grande que jamás ha habitado el planeta, hasta minúsculos organismos como el fitoplancton, la biodiversidad marina no sólo da vida a los océanos sino que es imprescindible para sostener a todas las especies del planeta, incluida la nuestra. Sin embargo, el 60 por ciento de los grandes ecosistemas marinos han sido degradados o explotados de manera no sostenible y el deterioro de los mares continua a pasos acelerados.
A pesar que los avances en la ciencia y la tecnología nos han revelado durante décadas que el océano no es una despensa infinita para extraer vida, intervenir ecosistemas y arrojar desperdicios, los intereses económicos han predominado al momento de adoptar medidas efectivas para reducir la tasa de pérdida de biodiversidad marina. El costo será alto. Así lo sugiere un reciente estudio publicado por la revista científica Nature que revela que la pérdida de biodiversidad impacta negativamente los ecosistemas de la misma forma que lo hace el cambio climático, la contaminación y otros factores de estrés ambiental.
Es bien sabido que los ecosistemas con mayor biodiversidad, como los océanos, son los más productivos. Pero hasta ahora no existía certeza sobre cómo la pérdida de la biodiversidad afecta la salud y productividad de los ecosistemas en comparación con otras amenazas generadas por actividades humanas. En general se asume que los efectos de la pérdida de biodiversidad son menores comparados a otras amenazas ambientales como la pérdida de hábitat, sobre explotación, contaminación y cambio climático, entre otros. Sin embargo los resultados de la investigación demuestran que la pérdida de especies en el futuro tiene el mismo potencial de reducir la productividad de los ecosistemas que estos factores. Como resultado, la extinción de algas, peces y otras especies marinas puede perturbar ecosistemas claves para el sustento de millones de personas ya que existe un vínculo fuerte y frecuente entre la declinación de las especies y la pérdida de productividad.
El estudio concluye que la pérdida de la biodiversidad debido a la extinción de especies tendrá impactos mayores en nuestro planeta, pudiendo figurar entre uno de los cinco factores principales del cambio global. Asimismo destaca la necesidad de aumentar los esfuerzos para adoptar medidas locales, nacionales e internacionales para proteger la biodiversidad así como los beneficios que ella genera para el bienestar humano.
Resulta fundamental aprovechar entonces la celebración del Día de la Biodiversidad para llamar la atención sobre las graves amenazas que representa la pérdida de la biodiversidad y la urgente necesidad de participar activamente en la generación de cambios necesarios para protegerla con el fin de asegurar el futuro de los océanos y garantizar el bienestar ambiental y social de las próximas generaciones.
Fuente: UNESCO, Science Daily