Representantes de diversos países de la región ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI), conocido como Grupo Buenos Aires o GBA, se darán cita esta semana en la ciudad de Panamá a pocos meses de la realización de la 64ta asamblea anual de este organismo internacional, que por cuarta vez en su historia se reúne en Latinoamérica (Ciudad de Panamá, 2 al 6 de julio de 2012).
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y coordinadora de la campaña 0cazaDballenas “ésta podría convertirse en una de las reuniones más complejas en la historia de la CBI debido a la creciente presión de naciones con intereses balleneros por debilitar medidas de conservación y manejo no letal de ballenas al interior de la Comisión”.
A modo de ejemplo, durante la pasada asamblea anual de la CBI en 2011, Japón y las naciones balleneras sabotearon la votación para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur. Ante la posibilidad que la iniciativa – liderada por los gobiernos de Argentina y Brasil con el apoyo de GBA – pudiera ser aprobada, el gobierno de Japón lideró el abandono de la sala de una veintena de países argumentando que sin quórum la votación no podría llevarse adelante.
La agresiva acción del bloque ballenero no sólo detuvo la votación sino que paralizó por completo la reunión al enfrascarse en un debate sobre la definición de quórum bajo los estatutos de la CBI. Como resultado, la reunión finalizó sin haber cumplido con la tabla de trabajo establecida. Sin embargo, antes de la clausura la Comisión acordó que el primer tema de la agenda de la asamblea anual en 2012 será la propuesta del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur.
No obstante Cabrera alertó que las naciones balleneras podrían intentar entorpecer nuevamente la discusión sobre la adopción del santuario, utilizando el debate que se generó en 2011 en torno al quórum. “Tras el abandono de la sala en 2011 de las naciones balleneras con el fin de boicotear la votación del santuario, la CBI también acordó crear un grupo de trabajo sobre la interpretación de quórum por lo que Japón y otras naciones con intereses balleneros podrían utilizar este tema para detener cualquier avance en materia de conservación de cetáceos” agregó.
Otro tema no menos complejo que deberán abordar los países de la región en Panamá es la renovación de las cuotas de caza aborigen, que se otorgan cada cinco años a comunidades nativas de Alaska, Groenlandia, Rusia y El Caribe con fines de subsistencia aborigen. “Durante la última década el gobierno japonés ha usado políticamente este tema para debilitar la posición históricamente conservacionista de los Estados Unidos” afirmó Cabrera. Explicó que Japón cuenta con el apoyo de un creciente número de países al interior de la CBI, que a pesar de no tener intereses balleneros, votan en bloque con el país asiático a cambio de programas de financiamiento pesquero y otros favores que fueron denunciados en 2010 por el diario británico The Sun. “La renovación de las cuotas de caza aborigen requiere el 75% de apoyo de la CBI y la política de compra de votos del gobierno japonés al interior de la Comisión le ha permitido bloquear la adopción de ésta o cualquier medida que requiera tres cuartos de aprobación de la comisión. Para Estados Unidos, la renovación de estas cuotas es un tema prioritario y durante los últimos años ha debilitado considerablemente su posición con el fin de acomodar los intereses balleneros de Japón en la CBI y evitar el bloqueo de las cuotas de caza aborigen” agregó.
La estrategia nipona ha tenido éxito. En 2010 la nación norteamericana impulsó – sin éxito – un acuerdo que habría eliminado de facto la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas y legitimado la matanza de ballenas incluso en zonas protegidas como santuarios. Ese mismo año la nación norteamericana también promovió la entrega de cuotas de caza aborigen de ballenas jorobada para Groenlandia de una población que es utilizada por República Dominicana en actividades de turismo de avistaje y en 2011 intentó imponer el consenso como único mecanismo de decisión de la CBI que habría eliminado los procesos democráticos de votación y dejaría en manos de una minoría ballenera el poder para bloquear cualquier medida de conservación de cetáceos.
Frente a este complejo panorama se espera que la reunión de esta semana en Panamá del Grupo Buenos Aires sea una oportunidad para que la región coordine acciones para contrarrestar las crecientes presiones de las naciones con intereses balleneros, informe a la ciudadanía sobre la posición que llevará a la CBI respecto estos temas y genere estrategias para garantizar que propuestas tan importantes para la conservación de las poblaciones de ballenas como el santuario del Atlántico Sur puedan ser abordadas de manera adecuada y presentadas a votación sin la amenaza de sabotaje por parte de la naciones balleneras.
Para ello el seguimiento y la participación activa e informada de la ciudadanía es clave, especialmente frente a las crecientes presiones que enfrentará la región con miras a la reunión anual de la CBI, por lo que la ambientalista hizo un llamado a toda la ciudadanía a conocer más sobre estos temas visitando el portal de la campaña 0cazaDballenas y firmando el petitorio en línea que será entregado al Grupo Buenos Aires en julio próximo en Panamá.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea