A pocas semanas de iniciarse la controversial “caza científica” de ballenas en el Océano Austral de parte del gobierno de Japón, una reciente investigación realizada con métodos no letales aumenta las crecientes evidencias de que no es necesario matar a estos magníficos mamíferos marinos para estudiarlos.
Así lo comprueba el resultado presentado por diversos investigadores marinos que informaron este martes que una ballena jorobada rompió el record del viaje más largo realizado por un mamífero, desplazándose cerca de 10 mil kilómetros desde el Océano Atlántico al Indico en busca de una pareja para reproducirse.
La ballena, correspondiente a una hembra, fue inicialmente foto identificada en su área de reproducción en el archipiélago de Abrolhos, sur de Brasil, en Agosto 7 de 1999. Por casualidad, la misma ballena fue fotografiada dos años después, en Septiembre de 2001, por turistas a bordo de una embarcación de avistaje cerca de la Isla Santa María en la costa este de Madagascar. La ballena fue identificada gracias a la forma y pigmentación de la zona ventral de su aleta caudal, o cola, que son únicas en cada individuo de esta especie.
Peter Stevick, investigador del Collage of the Atlantic de Maine (EE.UU) afirmó que “es el desplazamiento más largo registrado para un mamífero, más de 400 km que la migración estacional más larga que había registrado la ciencia”. Stevick cree que la ballena hizo su largo viaje en dos trechos: desde Brasil hasta la Antártida (una zona rica en alimentos) y desde el Océano Austral hasta al Océano Índico.
Pero la distancia no es lo único destacable de este hallazgo producido gracias a la investigación no letal de cetáceos. La información también genera interesantes preguntas acerca de los hábitos reproductivos de la ballena jorobada, ya que hasta ahora se creía que sólo los machos realizaban grandes migraciones en busca de una pareja.
Migraciones Longitudinales
A pesar que las ballenas jorobada se destacan por ser nadadoras de grandes distancias, se pensaba que las migraciones eran sólo entre zonas de alimentación ubicadas en altas latitudes y zonas de reproducción localizadas en latitudes más bajas. Gracias a la información brindada por métodos no letales de investigación – como la foto identificación individual – la especie también podría tener patrones migratorios longitudinales. Sin embargo, de acuerdo a los investigadores se requiere más información para corroborar esta teoría.
Adicionalmente, el registro de más “ballenas maratónicas” en el futuro podría replantear el perfil genético de la especie, un aspecto clave para la conservación de esta especie. Hasta la fecha existen siete poblaciones reproductivas distintas y varias sub poblaciones de ballenas jorobada en el hemisferio sur. Su aparente aislamiento y hábitos reproductivos han generado preocupación sobre la posibilidad de tener variabilidad genética baja.
Amenazadas por Intereses Balleneros
Las ballenas jorobada fueron llevadas al borde de la extinción en el siglo pasado debido a la caza comercial. Protegidas desde la década de 1960, algunas poblaciones se recuperan lentamente gracias a la protección brindada por la moratoria sobre la caza comercial.
En 2008, la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) reclasificó la especie de Vulnerable a Riesgo Menor. Sin embargo, dos sub-poblaciones continúan clasificadas En Peligro.
Japón mantiene cuotas de “caza científica” para la especie en el Santuario de Ballenas del Océano Austral, sin embargo no ha cazado ninguna ballena jorobada debido a la presión internacional. Sin embargo, Groenlandia reanudó recientemente la matanza de estos gigantes marinos con supuestos fines de subsistencia aborigen.
Los resultados de la investigación serán publicados en Biology Letters de la Sociedad Real Británica.
Fuente: Saigon, Fenceviewer, BBC Mundo