Mientras la flota ballenera japonesa se prepara para iniciar en noviembre próximo otra temporada de la denominada “caza científica” de ballenas en aguas del Santuario Ballenero Austral, Islandia planea efectuar la mayor exportación de carne de ballena de aleta, luego de haber capturado 125 ejemplares de esta especie de cetáceo que se encuentra en peligro de extinción.
Ambos hechos se producen mientras se inicia esta semana en Santiago de Chile una reunión “a puerta cerrada” de doce miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), conocido como Grupo de Apoyo (compuesto por Antigua y Barbuda, Alemania, Australia, Brasil, Camerún, Islandia, Japón, México, Nueva Zelandia, San Kitts y Nevis, Suecia y los Estados Unidos).
Este grupo, establecido en junio pasado durante reunión anual de la CBI en Portugal, tiene como objetivo desarrollar propuestas de negociación para definir el futuro de la Comisión. Sus resultados se evaluarán por parte del Pequeño Grupo de Trabajo de la CBI en diciembre en La Florida, EE.UU, con miras a la adopción de medidas concretas durante la próxima asamblea anual de la CBI, a realizarse en junio de 2010 en Marruecos.
Santiago de Chile es la sede de la primera reunión del Grupo de Apoyo tras la designación en junio pasado del embajador chileno Cristián Maquieira como el nuevo presidente de la Comisión.
Considerando que tanto Islandia como Japón forman parte del Grupo de Apoyo, resulta interesante analizar la conducta de ambas naciones al interior de la CBI. Esto con el fin de visualizar los posibles avances que puedan alcanzarse en Chile.
El pasado viernes 25 de septiembre, la compañía islandesa Hvalur afirmó que exportará cerca de 1,500 toneladas de carne de ballena de aleta, principalmente hacia el mercado japonés. La carne obtenida proviene de la mayor captura de ballenas de aleta realizada desde la entrada en vigencia de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas en 1986.
La matanza se realizó a pesar que esta especie se encuentra actualmente clasificada En Peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), y al hecho que su población ha declinado más de 70% a nivel global en los últimos 80 años.
Desde su cuestionada reintegración a la CBI en 2002 con una reserva a la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, Islandia ha orientado su accionar a debilitar las medidas de conservación adoptadas por la CBI. Esto mediante diversas estrategias, tales como la realización de programas de “caza científica” de ballenas; el cuestionamiento a la creación del Comité de Conservación, única instancia de la CBI que aborda específicamente los temas de uso y gestión no letal de cetáceos; el aumento tanto del número de especies como de las cuotas anuales de captura de ballenas; y las exportaciones de carne de ballena a pesar de la prohibición sobre el comercio internacional que rige para estas especies bajo la CITES.
Por su parte, desde la adopción de la moratoria sobre la caza comercial, Japón a cazado más de 20 mil ballenas con supuestos fines de “investigación de científica”. Entre ellas ejemplares de especies clasificadas En Peligro por la IUCN.
Las operaciones las realiza tanto en el Pacífico Norte como en el Océano Austral. Para ello Japón utiliza un resquicio legal que le permite auto-otorgarse cuotas de captura para cualquier especie de ballena, sin que tengan que realizar ningún tipo de consulta, ni emplear mecanismos de regulación. Lo irónico del caso para los países ribereños del hemisferio sur, es que el mayor número de animales cazados por Japón provienen de poblaciones que se desplazan por las aguas del Santuario Ballenero Austral, área donde no debería desarrollarse ningún tipo de caza de cetáceos.
De forma complementaria, Japón continúa tratando de imponer sus intereses en la CBI mediante la compra de votos de países en desarrollo, los cuales votan en bloque con los países balleneros a cambio de programas de cooperación y de financiamiento pesquero. El significativo número de países que han sido incorporados a la Comisión de la mano de Japón amenaza a la CBI con convertirse en el primer foro internacional sometido a los intereses de una sola nación, sentando un peligroso precedente para otros acuerdos internacionales.
Desde el inicio de las negociaciones para definir el futuro de la CBI en junio de 2008 en Santiago de Chile, las naciones cazadoras como Japón e Islandia no han evidenciado una real voluntad política para avanzar hacia un clima de confianza que permita enfrentar los complejos desafíos que plantea el proceso de negociación y reforma de la CBI .
En este contexto, el resultado de la reunión del Grupo de Apoyo que se inicia en Santiago de Chileresultan inciertos tanto para el futuro de las poblaciones de ballenas, como para la CBI.
Fuente: CCC