Después de doce meses de negociación para definir el futuro de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), iniciado en Santiago de Chile en 2008 durante la 60ma reunión anual de este organismo internacional, representantes de más de 80 países se reúnen esta semana en la isla portuguesa de Madeira con el fin de evaluar los resultados de este proceso y decidir cómo seguir adelante.
La reunión se realiza en medio de un clima de incertidumbre luego que los esfuerzos del Pequeño Grupo de Trabajo para desarrollar propuestas orientadas a acomodar los intereses de todos los miembros de la Comisión, se vieran amenazados por una propuesta presentada por Japón.
La iniciativa nipona busca levantar la moratoria sobre la caza comercial de ballenas, estableciendo una nueva modalidad de captura conocida como “caza costera de ballenas”, así como reducir simbólicamente el número de ballenas cazadas anualmente con supuestos fines científicos en las aguas del Santuario Ballenero Austral.
Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea y observadora acreditada en la reunión de Portugal, afirmó que “los esfuerzos realizados por la gran mayoría de los países para avanzar hacia la definición del futuro de la CBI no han sido correspondidos por las naciones balleneras”.
En mayo pasado el comisionado de Estados Unidos y actual presidente de la CBI, William Hogarth, afirmó que la propuesta presentada por Japón “no es razonable” durante una sesión ante el Congreso norteamericano en Washington.
Adicionalmente, Islandia y Noruega han exportado carne de ballena a Japón durante los últimos meses, violando el compromiso alcanzado en Santiago de fortalecer las confianzas entre las naciones, negociar de buena fe y abstenerse de desarrollar acciones que puedan afectar el proceso para definir el futuro de la CBI.
Para Cabrera “es importante que la comunidad internacional esté atenta a lo que suceda en Madeira, ya que si el futuro de la CBI se ve amenazado, no será por falta de voluntad de las naciones conservacionistas, sino por la incapacidad de las naciones balleneras de avanzar hacia soluciones que respeten los derechos e intereses de todos los miembros de la CBI”.
La Comisión Ballenera Internacional se estableció en 1946 con el fin de regular la industria ballenera y asegurar la conservación de las poblaciones de ballenas para las generaciones futuras.
Durante sus primeros 40 años, la CBI fracasó rotundamente en el cumplimiento de ambos mandatos hasta la implementación en 1986 de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas adoptada por la mayoría de los miembros de la CBI en 1982.
Actualmente existen dos posiciones respecto al futuro de la CBI. El bloque que busca continuar modernizando este organismo con el fin de garantizar la conservación efectiva de estos mamíferos marinos y el bloque que busca eliminar los avances de la Comisión y limitar su trabajo a los intereses de una minoría ballenera.
Fuente: Centro de Conservación Cetacea