Londres, Miércoles 08 de Mayo de 2002 – Cabo Verde y Benin, son dos nuevas que se habrían adherido esta semana a la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Unos días antes de este hecho, Japón afirmó que la moratoria impuesta hace 17 años sobre la caza comercial de ballenas se levantaría este año.
Los dos eventos no son casuales. Japón ha invertido millones de dólares para brindar apoyo financiero a docenas de pequeñas naciones, algunas de las cuales se han adherido posteriormente a la CBI y apoyado incondicionalmente la postura de Japón.
Grupos ambientalistas e incluso algunos gobiernos, han denunciado la fraudulenta y masiva compra de votos durante los últimos años. El Ministro de Pesca de Inglaterra, quien viajará a la reunión de la CBI que se iniciará el próximo 20 de mayo, afirmó que si Japón continua comprando el voto de otros países a este ritmo, será muy difícil mantener la moratoria.
La campaña pro ballenera nipona, se inició poco tiempo después que la moratoria fue aceptada por los miembros de la Comisión durante la década de los 80. Varios acuerdos en los cuales Japón ha entregado grandes sumas de dinero bajo el programa de Apoyo para el Desarrollo Extranjero (Overseas Developing Aid u ODA por sus siglas en inglés), principalmente a naciones Caribeñas, ha aumentado la presión dentro de la CBI por reabrir la caza comercial de ballenas. A finales de los años 90, seis naciones caribeñas iniciaron la votación ‘en bloque’ junto con Japón y Noruega.
Pero la verdadera extensión de la actual compra de votos llevada a cabo por Japón nunca se ha hecho pública. Después de asegurarse seis votos Caribeños a su favor, el año pasado Japón obtuvo votos de las Islas Salomón, República de Guinea, Panamá y Marruecos. Ahora Cabo Verde y Benin son miembros de la CBI; Gabón, Senegal y otras naciones africanas también podrían sumarse al bloque ballenero en un futuro cercano.
Durante la 53ra reunión de la CBI realizada en Londres en julio de 2001, grupos ambientalista y el gobierno de Nueva Zelandia acusaron abiertamente a Japón de comprar votos. Después de acaloradas discusiones, el gobierno nipón admitió utilizar fondos del Ministerio de Pesca para influenciar a otras naciones en la CBI. Esta declaración fue oficialmente retirada un mes atrás y seis naciones Caribeñas emitieron una declaración en conjunto denunciando que ‘acusarnos de recibir sobornos es un insulto el cual rechazamos completamente’.
A diferencia de otras convenciones internacionales, la CBI es una organización pequeña conformada actualmente por 44 estados miembro. Dos de ellos no cuentan con derecho a voto ya que no han cancelado las cuotas de membresía anuales. Inglaterra, Estados Unidos, Nueva Zelandia, Brasil, Argentina, junto al grupo de naciones en favor de la conservación llamado ‘like-minded’, han bloqueado hasta el momento, todos los esfuerzos de Japón por reabrir la caza comercial.
La estrategia utilizada por Japón para influenciar otras naciones a adherirse a la CBI, es entregar apoyo financiero para el desarrollo de la industria pesquera por un determinado periodo de tiempo, siempre y cuando los recursos marinos sean utilizados ‘apropiadamente’; un simple eufemismo para promover la caza comercial de ballenas.
Después de un proceso diplomático, es cual generalmente incluye visitas de políticos japoneses, la nación involucrada debe adherirse a la CBI justo antes de la reunión anual de la CBI y apoyar incondicionalmente las decisiones tomadas por Japón. Los costos del ‘soborno internacional’ ya superan los millones de yenes, y a pesar que varios ministros de naciones compradas han negado las acusaciones, queda claro que sin el apoyo financiero de Japón no tendrían ningún interés en unirse a la CBI y mucho menos cancelar las altas cuotas de membresía, o los costosos viajes a las reuniones anuales de la CBI.
Por ejemplo, las naciones Caribeñas tienen un significativo interés financiero en la industria atunera del Atlántico Norte. Esto incluye el área caribeña cubierta por el ICCAT (Convención Internacional para la Conservación del Atún Atlántico); pero los estados isla han declarado que no pueden adherirse a ICCAT aun cuando la cuota de membresía para las naciones pequeñas es sólo de cinco mil dólares anuales aproximadamente. La cuota mínima anual de la CBI es de 32.000 dólares aproximadamente y es cancelada regularmente por las naciones caribeñas.
En el 2000, la República de Guinea se adhirió sorpresivamente a la CBI y el año pasado Marruecos hizo lo mismo, demostrando que el dinero de la industria pesquera japonesa está siendo invertido en grandes cantidades en áfrica Occidental. Informes recibidos por el diario El Guardián (de Inglaterra), acerca de reuniones entre representantes de gobiernos de áfrica Occidental y la delegación de Japón, demuestran que el verdadero objetivo del programa de Apoyo para el Desarrollo Extranjero de Japón es simplemente levantar a cualquier costo la moratoria a la caza comercial impuesta por la CBI.
Veintidós naciones africanas asistieron a la IV Conferencia Ministerial sobre Cooperación Pesquera de los Países Africanos, realizada en 1999 en la República de Guinea. En aquella oportunidad, el delegado de Japón, Minouru Morimoto, declaró que su país tiene acuerdos pesqueros con ocho naciones africanas, los cuales representan una inversión aproximada de 5000 millones de dólares.
Actualmente, grupos ambientalistas y naciones en contra de la caza comercial de ballenas están determinados a detener las intenciones de Japón, que además ha utilizado resquicios legales para extender su programa de ‘caza científica’, agregando especies protegidas a la lista de animales cazados como ballenas sei (oficialmente clasificada en peligro), ballenas de Bryde y cachalotes. Previamente, la caza científica llevada a cabo por Japón sólo incluía ballenas minke, llamadas públicamente ‘cucarachas marinas’ por el comisionado de Japón en la CBI el año pasado.
Afortunadamente, algunas naciones a favor de la moratoria también se han incorporado este año a la CBI. San Marino, una de las países más pequeños del mundo ubicada al norte de Italia es uno de estos nuevos miembros y Bélgica, Malta y Grecia son posibles candidatos a integrarse a la CBI.
Este año Japón también propondrá adoptar la votación secreta con el fin de proteger las naciones sobornadas e intentará abolir el Santuario Ballenero Austral y del Océano Indico. El delegado japonés Masayuki Komatsu insiste que la compra de votos y el soborno son acusaciones ‘graves e inadecuadas’, ya que Japón brinda apoyo financiero a otras naciones como Brasil, India y México, las cuales se oponen a la ballenería comercial.
Posible Composición Miembros CBI 2002
Naciones a Favor de la Caza Comercial: Japón, Noruega, Corea del Sur, China, Antigua y Barbuda, Benín, Cabo Verde, Dominica, Granada, República de Guinea, Marruecos, Panamá, San Kitts y Nevis, Santa Lucia, San Vicente y Granadinas, Islas Salomón.
Naciones que posiblemente se adhieran este año: Islandia, Namibia, Gabón, El Salvador y Senegal (tendría que cancelar su deuda para obtener derecho a voto).
Naciones posiblemente influenciadas por Japón que podrían adherirse este año: Algeria, Angola, Camerún. Congo, Gambia, Ghana, Guinea-Bissau, Costa Marfil, Liberia, Mauritania, Tunisia, Zimbabwe, Trinidad y Tobago, Islas Marshall, Micronesia y Palau.
Posible Numero de Naciones a Favor de la Caza Comercial: 38
Naciones en contra de la Caza Comercial: Argentina, Australia, Austria, Brasil, Chile, Finlandia, Francia, Alemania, India, Irlanda, Italia, México, Mónaco, Holanda, Nueva Zelandia, Sudáfrica, España, Suecia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y Perú (quien tendrá derecho a voto este año).
Posibles adherentes para esta año: Bélgica, Malta, San Marino y Grecia.
Posible Numero de Naciones en Contra de la Caza Comercial: 26
Naciones Neutrales con votaciones mixtas: Dinamarca y Omán.
Fuente: The Guardian