24 de Febrero de 2010 (AFP) – Una entrenadora del acuario SeaWorld de Orlando (Florida, Estados Unidos) murió el miércoles tras sufrir el ataque de una orca, en plena función del centro de cautiverio y mientras el público observaba con horror los hechos.
Directivos del parque dijeron que la entrenadora de 40 años resbaló aparentemente al estanque, donde el cetáceo la atacó, sin embargo testigos presenciales afirman que la orca tomó a la entrenadora desde la plataforma y la sacudió violentamente en el agua hasta ocasionarle la muerte.
El presidente de SeaWorld Orlando, Dan Brown, dijo que las autoridades investigaban el caso, pero que al parecer se trató de un accidente. La empleada murió pese a los intentos de los paramédicos por revivirla, dijo el vocero de los socorristas del condado de Orange John Mulhall.
La entrenadora acababa de explicar al público el espectáculo que estaban a punto de ver, cuando una orca se alzó del agua, la tomó de la cintura y “la sacudió para todas partes”, dijo la espectadora Victoria Biniak a la televisora WKMG, una versión que sería contraria a la que indica que la empleada resbaló.
El parque evacuó a los espectadores y cerró sus puertas.
Brown dijo que SeaWorld nunca había experimentado un hecho semejante. Sin embargo, se sabe que en el pasado han ocurrido otros ataques de las orcas contra los entrenadores de esos parques.
En noviembre de 2006 el entrenador Kenneth Peters, de 39 años, sufrió una mordedura cuando una orca de 3,17 toneladas (7.000 libras) lo retenía bajo el agua durante un espectáculo en el parque acuático que se ubica en San Diego. Peters logró escapar de la orca pero con una fractura en pie. La orca de 5,18 metros (17 pies) de largo que lo atacó era la hembra dominante del grupo de siete cetáceos carnívoros del parque, a los que se conoce también como “ballenas asesinas”.
Pero ese no era el primer caso; la orca había atacado a Peters en 1993 y 1999. En el 2004 otra orca en el acuario de la compañía en San Antonio intentó golpear y morder a uno de los entrenadores, pero en este caso el entrenador logró escapar.
En diciembre pasado una orca ahogó a un entrenador en un zoológico español.
También en 1999 en el SeaWorld de Orlando apareció el cadáver de un hombre desnudo, con heridas y moretones sobre una orca de 4,5 toneladas (cinco toneladas estadounidenses) llamada Tilikum. Los restos pertenecían a Daniel Dukes, de 27 años, que presuntamente burló a la seguridad de SeaWorld, para quedarse después de que el acuario cerrara. Después saltó, cayó o fue arrastrado por la orca hacia dentro de su helado tanque y, según la autopsia que se le realizó, murió de hipotermia.
Para Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetacea “el creciente numero de muertes registradas en centros de cautiverio de delfines evidencia la necesidad de eliminar este tipo de actividades ya que son un peligro para la vida humana, promueven la captura de animales silvestres y condenan a una vida de encierro a mamíferos marinos altamente inteligentes que utilizan extensas zonas marinas para sobrevivir”. Cabrera agregó que gracias a la promulgación de la Ley Cetacea (Ley 20.293 de Octubre de 2008) el cautiverio de cetáceos en Chile está prohibido en todo el país.